jueves, 23 de abril de 2015

Algunos dichos...

Queridas lectoras:

Si te levantas con mal pie, no hay nada mejor que pensar que has tenido suerte y que todo podría ser peor. Ya, ya lo sé. Mal de muchos, consuelo de tontos. Pues ¡Protesto! no estoy de acuerdo con esa afirmación. Este dicho, solo nos conduce al egoísmo. Sí, señor. Lo he dicho alto y claro. Si no somos capaces de ver que hay gente que lo pasa mal o peor que nosotros, si no somos capaces de admitir que somos un "pelín" afortunados, no conseguiremos más que disgustos y pasarlo mal en la vida. 

Creemos que somos el ombligo del mundo y en realidad no somos más que un pequeño poro. Quien piense lo contrario, padecerá de "egoísmo agigantado". ¿Estoy siendo dura? No estoy siendo más que realista. A los demás también les pasan cosas malas, no solo a ti o a nosotros. Los demás también tienen problemas y ahí están, cumpliendo con sus obligaciones y deberes. ¿Por qué tú no vas a hacer lo mismo? ¿Qué te hace tan diferente de los demás como para que tengamos que estar pendiente de ti? ¿o tú de ti? 

Piénsalo, "mal de muchos, consuelo de listos", diría yo. Ya se sabe que "quien no se consuela es porque no quiere". 

¡Un saludo afectuoso!

viernes, 17 de abril de 2015

La decepción...

Queridas lectoras:

No seré yo, ¿verdad? las que os descubra que la gente decepciona. Vale, lo reconozco, yo también, y puede que la primera. La decepción es un ser abstracto que podemos aplicar no sólo a los seres más cercano sino a la vida en general. ¿Te ha decepcionado la vida? ¿Cuándo veniste al mundo pensante que todo iba a ser genial? ¿Quién te prometió lo contrario? Nadie.

Quizás el asunto no sea si la vida nos decepciona, pero más bien, si nosotros nos decepcionamos a nosotros mismo creyendo que la vida va a ser como nosotros queramos. Y no nos damos cuenta de que la vida es como ella misma se dibuja y nosotros unos meros colaboradores que hacemos que los colores sean más claros o más intensos. Pero nada más. 

La vida no me decepciona. Me decepciona y me disgusta el hecho de crear héroes. Los héroes no existen. Ya nos lo dijeron en el colegio y en la infancia. Por lo tanto, ¿por qué creer en el príncipe de nuestros sueños? ¿por qué en las gentes con promesas electorales? ¿por qué, y por qué? porque somos humanos y necesitamos creer. Si a ese creer va unido, el desengaño... Séneca, que me quede escéptica como soy. 

¡Un saludo afectuoso!

lunes, 13 de abril de 2015

Sobre las desesperadas

Queridas lectoras:
 
Hay blogs dedicados a nuestra vida personal; en otros, la gente escribe sobre moda, consejos de cocina, manualidade, etc. Otros blogs son de educación, es decir, profesores que confeccionan sus blogs como apoyo a sus clases de idiomas, de matemáticas, de historia, de geografía, ...
 
Yo creo que son los primeros los que más abundan: hay gente que cuenta en su blog todos los retos que se proponen. Por ejemplo, ir a escalar, superarse, contar sus aventuras por el mundo y así aconsejarnos sobre qué sitios podemos visitar y cómo. Luego, hay otros que eso son puro cotilleos. Son la salsa rosa de los diarios internáuticos. Se supone que hay tantos diarios como gustos personales. A mí, que no soy muy seguidora de diarios, la verdad sea dicha, me han llegado noticias de que hay ciertos blogs que alimentan los tópicos típicos sobre las mujeres: obsesionadas por comer chocolate cuando recibimos alguna noticia, obsesionadas por el peso... Noticias malas las hay, sino todos los días, en días alternos y no me lanzo a coger la primera tablet de cocholata con leche o con almendras que se cruza por mis ojos. Creo que las mujeres podemos tener suficiente autocontrol com para poder manejar y gestionar nuestras emociones de la manera en que toca en la situación en que toca. Somos capaces de eso y mucho más.
 
Al menos en eso confío yo.

sábado, 11 de abril de 2015

Domingo triste. Alegre yo

Buenos días queridas lectoras:

Si ayer el día era húmedo, hoy no parece que vaya a ser mejor. Hace viento, frío y parece que vaya a llover. El problema, por supuesto, no es la lluvia, pero es esa inestabilidad que no parece que vaya a irse. Ya sabemos que la inestabilidad del tiempo conlleva una inestabilidad personal, al menos para algunas personas. El tiempo resulta importante en el estado de ánimo de las personas. No sé cuál es el porcentaje exacto, pero es "sabiduría popular", digamos. Voy a intentar, de veras, que este tiempo no arruine mi día. No lo va a hacer. Si hay algo por lo que me he caracterizado es por fortaleza mental, que siempre intento cuidarla. Hay que salvar mi circunstancia, si no me salvo yo. Esto lo comenté ayer, ¿os acordáis? 
Esta mañana en el desayuno continuaré con la lectura de Ortega. Mañana os comento los resultados obtenidos de esta apasionante lectura. 

Un beso a todas y que disfrutéis este día de domingo. 

Yo y mi circunstancia

Queridas lectoras:
 
Día húmedo tenemos por delante. En estos días estoy leyendo a un filósofo bastante interesante. Es español. "Yo soy yo y mi circunstancia". ¿Os suena?  Pues es Ortega Y Gasset. "Si no salvo mi circunstancia, no me salvo yo". Resulta que para este filósofo, el progreso que hemos hecho, la humanidad en general, nos ha servido para ahorrarnos esfuerzo en hacer cosas. Cuanto menos esfuerzo por hacer cosas, más tiempo tenemos para otras. ¿Y en qué nos ocupamos en ese tiempo libre que digamos nos queda?  Pues en pensar. En imaginarnos nuestra vida.´En proyectar en nuestra mente como nos gustaría que fuera esa vida. Ya sabemos que esto es un poco imposible, porque  la vida no sólo es lo que nos gustaría hacer sino también lo que nos obliga a hacer. Quiero decir, que nuestras cirscunstancias son, en cierta manera, las que nos definen. Las facilidades y las dificultades, como dice Ortega.
 
Me está resultando bastante curiosa su filosofía. Es una filosofía un tanto práctica. Continuaré leyéndolo y, por supuesto, que conoceréis todas mis impresiones.
 
¡Un saludo afectuoso!

jueves, 9 de abril de 2015

Ampliación del equilibrio

Queridas lectoras:

Otra vez aquí por la mañana temprano estoy sentada delante del ordenador. Realmente me encanta esta sensación de ver como poco a poco se va haciendo de día y yo aquí sentada, tecleando o estudiando. Ahora mismo es totalmente de noche, o eso al menos es lo que puedo ver desde este cuarto pequeño. 
Tengo una duda, y no sé si me expliqué bien el otro día con respecto a lo del equilibrio. Igual me expresé de manera un poco autoritaria. Puede ser. Yo siempre he pensado que la mejor manera de ser feliz es educar tu cerebro, que eso es lo mismo que educarte a ti. Es decir, educar tus impulsos, hacer que controles tus ansias por.... lo que sea. ¿Cómo? Ya sé que vais a pensar que no es nada fácil. No lo es. Dijo Séneca, que no se hacen las cosas porque sean difíciles, sino que son difíciles porque no las haces. Creo que es hora de que empecemos a aplicarnos esta máxima. Incluida yo misma. 

De momento, sigue siendo de noche aquí. Algunas luces artificiales siguen encendidas. Se oyen algunos ruidos de coche. 

Un saludo afectuoso


martes, 7 de abril de 2015

El equilibrio que no llega

Queridas lectoras:
 
Son exactamente las 7:37 de la mañana. Probablemente cuando acabe este artículo sea un poco más tarde. Me he levantado realmente cansada, cansada, hastíada, apática, desganada, como queráis decirlo. ¿Realmente somos nosotros mismos quienes nos complicamos la existencia? ¿Fue desde siempre tan difícil el vivir? Difícil respuesta parece ser. ¿A quién le importan las preocupaciones metafisicas? A mí, a mí, digo mientras levanto el brazo.
 
La solución es fácil: ante la amargura, giro copernicano (cambiamos el pensamiento negativo por el positivo); ante los desvaríos y excesos: Aristóteles, pues la virtud siempre está en medio. El equilibrio es tarea ardua y costosa de encontrar, pero una vez que lo encuentras es tan dulce que lamentas no haberlo encontrado antes. Las pasiones no son ni buenas ni malas, simplemente es la manera de gestionarlas. Descartes, amigo mío, qué sabio eras.
 
Termino esta entrada citando una frase de una canción de Fangoria: "En la tormenta encontré el equilibrio. ¿Quién lo podría imaginar? Amo el peligro". Atrévete a encontrar el equillibrio. Ahora mismo son las 7:43.
 
Hasta otro momentito